(Encontrada en el baúl del abuelo)

 

Señor, confunde las brújulas

Y haz que su norte sea solo España

Desorienta  las aves migratorias

Para que vuelvan a su nido.

Echa por la borda el astrolabio del timonel

Para que solo se guíe por el instinto de su corazón.

 

Pero si ya la suerte está echada

Y  sea imposible mirar para atrás…

Si nada hará que el viento cambie su rumbo

Porque él también quiere emigrar…

Desbarata a tu antojo todas las tormentas

Confunde noches y días en un solo paréntesis del tiempo

Para que anclemos de prisa en la orilla desconocida.

Y el primer amanecer en la nueva tierra

Nos confirme que no estábamos equivocados.

Que donde se juntan mar y montañas

Por donde  navegan ríos como espejos ambulantes

Debemos construir  nuestra nueva morada.

 

Mientras vamos escribiendo cartas

Las únicas que han resuelto volver

A las manos que nos suplicaban

Que nunca partiéramos.