Y viviré en cada instante el “carpe diem”
y no quedará un rincón de la tierra
ni una sima en el mar
ni una cumbre altiva
que no se reconozca
en mis pasos o en mi aliento

Cultivaré amigos para confundir el tiempo
que entra empujando por mi ventana
lo enredaremos en discusiones inútiles
en historias sin principio y sin fin conocido
en avivar con furia los recuerdos
para que no los borre ni el fuego
ni el viento
Y escribiré versos en el lienzo del aire
para que calmen la soledad del espacio
y el extravío de las nubes

para que mis palabras reemplacen las estrellas
y un pregón de fiesta se apodere
de la boca del silencio

Es el día el que ahora toca
a mi puerta y goza mis palabras
porque no sabe si amanecerá mañana.